Educar con los medios de comunicación

CONFERENCIA DE MERCEDES EZPELETA




Proverbio chino: “El listo señala la luna, el tonto mira el dedo”: hay que ver la luna; saber quién mueve los hilos.


Los medios de comunicación tienen una enorme influencia en la vida, una repercusión que puede ser positiva o negativa. Se va definiendo que un hombre es inteligente –de acuerdo con el proverbio chino- si puede descifrar quién es el que mueve los hilos de su vida. En esta conferencia vamos a tratar de ir descubriendo cómo son esos hilos, quién los maneja y la manera como lo hace.


Actualmente, ha cambiado no solo el contenido de las series televisivas sino el modo de verlas, el modo de relacionarse con los medios es ahora muy distinto a como era antes. En una serie para que una pareja se besara tenían que pasar más de cien episodios y actualmente desde el primero lo hacen.


Se proyectó un spot publicitario de un minuto y se comentó que en la mayor parte de las veces, los videos son la mejor explicación de cómo es el lenguaje audiovisual, su alcance y sus efectos.



¿Cómo es el lenguaje audiovisual? ¿Cuáles son sus notas características?


lo que tú ves: percepción inmediata.


Notas características: lo que tú sientes: conjunto de emociones que provoca en tu interior.

el mensaje que te quieren transmitir los que hicieron el programa o serie.



La nueva forma de ver televisión ha cambiado, estamos en una cultura del “snack”, una cultura que lleva a consumir de todo pero en pequeñas porciones (picotear), busca que trates de probarlo todo, esta cultura, es para mentes digitalizadas que tienen como característica principal no leer nada o muy poco, y realmente nuestra mente va modificándose llegando a ser un poco distinta a como realmente es. Ya no se lee se ve, se navega no se piensa, se “surfea”. Estamos en la cultura en la que, lo que se pide es que en menos de un minuto, se observen al menos quince planos o escenarios distintos sino nos aburre, no nos pesca.



Detrás de cada programa televisivo se pueden destacar bloques



manejan o presentan modelos de conducta

Bloques
demuestran distintos roles psicológicos



Las series televisivas nuevas llevan a que la audiencia, más que se identifique individualmente con los personajes, tengan una identificación de índole cultural y eso conlleva un cambio social. Los personajes de las series son personajes exageradamente atractivos, están creados para eso, diseñados así -“enganchan”- tienen la capacidad de invertir nuestros valores, son de ficción y por ello no muestran una nitidez de la realidad, se ponen por encima de nuestra inteligencia y nos llevan a verlos como nuestros “primos”, manipulan emociones, etc., por ejemplo en Casa Blanca se desearía que la protagonista se vaya con el amante y deje al esposo.


Los ídolos que presentan, nacen por una exaltación de sus “virtudes”, todo es puro estereotipo: no hay términos medios en sus personalidades; características que se manifiestan en personajes cercanos o lejanos, clásicos o modernos: al final del día, seres radicales, extremistas.


El humor es lo que más influye al lanzar un mensaje, el drama lo vives pero no se queda en la inteligencia. Las series televisivas que mayor impacto tienen son las que manejan o consideran el aspecto del humor.











EVOLUCIÓN EXPERIENCIAL


Los nuevos personajes de las series televisivas, ¿cómo son?, ¿cuáles son sus características propias?



En una serie, más que verla únicamente, busca hacer participar a la audiencia, se habla de los personajes en todos los foros, son personas en las que la química se convierte en física. Se viven experiencias que no pertenecen a la edad, acaban influyendo en que la audiencia viva experiencias de adultos a niños y experiencias de niños a adultos y se empieza a ver unos humanos extraños “adultecentes” o “kidadultos”., por ejemplo en Beverly Hills 90210, destacan la “precocidad sexual”, un descaro en la forma de presentar a las mujeres que es fruto de un excesivo rol masculino de ellas: “so sexy so soon”: lo que se ve en la televisión es lo que nuestros niños o nuestra juventud vive desgraciadamente, llegan a ser parámetros autorizados de conducta.


En las series, los personajes cuentan absolutamente todo en todo momento, sin ninguna intimidad, por eso los adolescentes empiezan a hablar de toda su intimidad, en cualquier momento, con cualquier persona y sin ningún sano pudor.


La precocidad excesiva lleva a excesos como se puede destacar en el filme “Crepúsculo”, enamorarse de un ¡vampiro!. El fuego calienta pero quema, cómo es posible que una mujer joven se pueda enamorar de un vampiro y que nos la creamos; la estética se empieza a ver como una obsesión por el glamour.


Las series modernas se consideran como un “espejo de la realidad”, un espejo que destaca una imagen deformada de la realidad; es como esos espejos de feria en los que al verte sales con una imagen distinta: si eres delgado te ves un poco gordo o viceversa, se desfigura todo: cuando los ves no te lo crees pero lo que ves, te lo tragas.


Los personajes transmiten una estética exagerada que suele derivar en una falta de ética, es una estilización de una adolescencia que no es debida.


Hay una disfunción de roles: “Doctor House” que lleva a dividir a las personas y eso no puede pasar en la realidad, es imposible, la persona es una y ya, este tipo de programas llevan a ver que tal o cual personaje es un cretino pero es un excelente médico, un psicópata bueno, etc.; los roles no pueden dividir a las personas, la ficción en general, no lleva a ver o medir las consecuencias de los actos.


Se dan historias y mensajes en cada personaje y tenemos que aprender a descifrarlos; se plantean muchas interrogantes pero nunca se dan soluciones y en la realidad tenemos que saber dar respuesta a las interrogantes que se nos presentan, los niños que están formándose no tienen la capacidad de descifrar en esas series nada y por ello es tan importante que los padres estén cerca viviendo su rol de formadores. El éxito de las series se centra en que tengan emociones que nos distraigan y misterios pues estos crean ansiedad y por ello adicción.


Los contenidos habituales de las series están en “desconfianzas” o en “mentiras” multiplicadas exponencialmente. Las desconfianzas, generan dudas y las dudas llevan generalmente al engaño y esto lo vemos desde la mismísima Eva en el paraíso terrenal. La mentira es una norma para tener lo que estamos buscando y por ello generan un tremendo mensaje que nos lleva a no darnos cuenta de la ficción.


Otro mensaje que transmiten es el de la “moral gris”, esto es, una zona imprecisa de contradicción, el bueno y el malo no existen, se miden en función de otro y de vivir o morir, el personaje mata (Dexter, Jack Bauer) por que debe matar a los malos y eso es algo que vemos como bueno y justificado.


En la sociedad hay una “avidez de información”, en las series cuando te informan, lo hacen a través de códigos audiovisuales que aportan ideas pero no generan conocimientos adecuados, son meros barnices que inventan la historia; no se informa, se engaña aunque siempre hay que descifrarlo todo.


En la ambigüedad hay una idea primaria y una secundaria; la primaria es la de la serie en sí y la secundaria es la que la de la serie en relación con la realidad. No se puede explicar la ambigüedad pues no lleva a la lógica racional, no permite hacer razonamientos lógicos sino que lleva a un relativismo absoluto que deriva en trivializar lo trascendental y si se frivoliza lo trascendental no se puede llegar al objetivo de la formación: la ficción genera hábitos, los hábitos llevan a conductas, las conductas se justifican en teorías, las teorías llevan al estudio y el estudio lleva a formar ideas. Todo lo anterior deriva necesariamente en mentalidades tremendamente subjetivas.


Los conflictos generacionales cambian en armonías. El exceso de “colegueo” desconcierta así como el exceso de “autoridad”.


En las series, los personajes no son libres y por ello son indecisos –dependen del guionista-, son personas sin capacidad de libertad y donde no hay posibilidad de libertad no hay posibilidad de arrepentimiento o el arrepentimiento no sirve de nada. Los personajes son seres que nunca se arrepienten, viven torturados y esa postura lleva a querer auto regularse siempre y por ello no necesitar orientación, nadie me debe de decir por donde debo o no debo actuar.


¿Cómo se debe definir “entretener”?: como divertir, recrear el ánimo, captar la atención.


Los medios de comunicación deben buscar o luchar por el respeto, el diálogo, la amistad (Benedicto XVI), llevando a la vida verdadera y no a la mera ficción: la vida real debe ser un concurso que lleve a la verdad, al bien, a la belleza derivando en un “inconformismo positivo”, con el lenguaje del amor, nos deben de entretener divirtiéndonos: acabar la serie y querer ser mejor persona, ahí radica el verdadero éxito de una serie televisiva.



¿Cómo podemos buscar el bien?



educando la voluntad; evitar la adicción, no pasa nada si un día o una semana dejo de ver ese programa que tanto me gusta: yo soy el que “racionalmente” debe mandar


viviendo en familia que es convivir: si la televisión o el ordenador (computadora) me lleva a enfadarme con mis seres queridos, algo está pasando. Con el uso de medios de comunicación no nos puede llevar a olvidarnos de la convivencia familiar

aprender a ver la televisión con nuestros hijos, no tanto no dejándoles ver sino explicándoles el contenido de los programas o series televisivas para ayudarles a formar criterio