Preocupado por buscar alternativas para disminuir el problema de bullying en la sociedad, observo
que si se trabaja con los niños la virtud de la fortaleza en sus dos vertientes:
capacidad de acometer y capacidad de resistir se podría conseguir algo más.
Según los expertos, en todas las situaciones de bullying hay tres tipos de personas que intervienen:
- el agresor o bully;
- una víctima y
- unos espectadores
Aunque ahora me enfocaré en la víctima y los espectadores, no quiero
dejar de decir que para combatir el bullying hay que trabajar mucho con aquellos
que gustan de hostigar a otros para que cambien esos malos hábitos.
Una característica común que se observa en los casos de bullying es
que la persona agredida opone poca resistencia; no se defiende frente al agresor y precisamente esa falta de reacción es la que
facilita la agresión. Es muy importante educar a las personas para que sean
capaces de acometer frente a las dificultades que se van presentando a lo largo
de la vida no siendo meros sujetos pasivos, reaccionar.
Aunque ordinariamente se sienten mal, las personas que son testigos de
un caso de bullying muchas veces no saben como actuar; desconocen como
enfrentar la situación que observan y, en ocasiones, no denuncian por temor a
ser agredidos o complicarse la vida. Nuevamente la falta de capacidad para
acometer y la incapacidad de reaccionar de
estas personas facilitan que el bully continúe con su mala conducta.
Viendo estas dos situaciones, podemos darnos cuenta de la
importancia que tiene, educar en la fortaleza y concretamente en la capacidad
de acometer, de enfrentar situaciones difíciles: en algunas ocasiones bastará denunciar
al bully ante quien tiene autoridad, en otras, quizá habrá que enfrentarlo
directamente o salir en defensa del que está siendo molestado.
Paso a la otra faceta de la virtud de la fortaleza: la capacidad de
resistir; de ser fuerte frente a la adversidad. Si bien no pretendo proponer
que se deba educar para padecer estoicamente la agresión, creo que hay situaciones
que algunos podrían calificar de bullying y realmente no lo son o forman parte
de la convivencia social ordinaria frente a personas con distintos niveles de
educación.
Quienes han aprendido a aceptarse como son, serán menos susceptibles
a ser víctimas de bullying. Los que me
conocen personalmente, sabrán que soy de baja estatura y, como es lógico, el
ser de talla pequeña facilita que la gente se meta conmigo por ese motivo. Creo
que lo mismo le pasa a aquellos que son de cabeza grande o que tienen facilidad
para subir de peso; los que son pelirrojos, pecosos o los que son excesivamente
altos y de pies grandes o los que son distraídos. Al tiempo que pienso que es importante enseñar
desde temprana edad a respetar a los demás y no decir cosas que puedan herir
susceptibilidades ajenas, también creo, por otro lado, que hay que enseñar a las personas
a conocerse,y aceptarse tal como son, con unas características que no son ni
buenas ni malas sino que forman parte de su corporeidad que los acompañará
buena parte de su vida.
¿Crees que fomentar la virtud
de la fortaleza, en sus dos facetas: capacidad de acometer y capacidad de
resistir pueden ayudar a disminuir los efectos del bullying?