Esta mañana, Sergio Sarmiento público un artículo interesante sobre las Selfies, el lugar que ocupan y la cultura del narcisismo donde algunos hemos dejado de mirar a los otros para dedicar a contemplarnos.
Las 'selfies'
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
06 Jun. 2014
"Hogar es donde está el wifi".
Anónimo
Cada vez vivimos más en un mundo de selfies. Esto significa, me imagino, que cada vez estamos más aislados. Vemos familias completas en restaurantes en que todos y cada uno de los miembros están inmersos en sus celulares. Cualquier idea parece más interesante si emana de una pantalla iluminada. Si realmente hoy queremos hablar de algún problema serio con nuestros hijos, quizá tengamos que hacerlo por WhatsApp aunque estemos sentados en la misma mesa.
La tecnología es pretexto y destino. Nunca nadie pensó en hacerse una selfie con una cámara réflex. Era difícil, si no imposible, no sólo por el visor óptico sino también por el peso y las dimensiones. Mientras las cámaras utilizaron rollos, por otra parte, nadie pensaba en desperdiciar fotos con tomas desde ángulos en que no se podía usar el visor y que tenían, por lo tanto, altas posibilidades de salir fuera de foco o de cuadro. Tuvieron que venir los celulares equipados con cámaras digitales para que a alguien se le ocurriera que es mejor fotografiarse a uno mismo que a los demás.
No pasó mucho tiempo antes de que Apple equipara sus iPods y iPhones con cámaras dobles. Las de la parte posterior a la pantalla tenían el propósito de servir como cámaras normales para tomar fotos a los demás. Las frontales, de más baja resolución, servían para chatear en programas como FaceTime. Pero pronto estas dobles cámaras se redescubrieron para las selfies. Si bien las primeras selfies eran simplemente bromas, en que la dificultad para tener una imagen bien encuadrada y en foco era parte del encanto, la cámara frontal generó una revolución al permitir al fotógrafo ver la imagen que estaba tomando y cuidar así el cuadro, el foco y su propia apariencia.
Hoy las selfies se han hecho virales (traducción para los viejos: muy populares). La conductora de la entrega de los Óscares, Ellen DeGeneres, logró 2.7 millones de retweets en 12 horas con una selfie tomada en plena ceremonia con un grupo de actores que incluían a Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Julia Roberts, Brad Pitt, Meryl Streep y Kevin Spacey. Desde entonces las selfies han proliferado. Bueno, hasta las delegadas Leticia Quezada de Magdalena Contreras y Maricela Contreras de Tlalpan, no sólo perredistas sino bejaranistas, presumieron en redes una selfie con el presidente Enrique Peña Nieto, que por cierto les generó muchas críticas entre sus correligionarios.
Las selfies son hoy un instrumento que se usa para muchas cosas. Más de una chica ha encontrado que una forma infalible de llamar la atención a un muchacho atractivo es mandarle una selfie atrevida, y de eso a la nude selfie no ha habido más que un paso.
Nuestra pasión por la selfie revela mucho de narcisismo. Hay quien ya no se interesa por ver las fotos de los demás. Sólo ellos mismos merecen su propia atención.
No es ésta la única tendencia de la tecnología que nos revela que nos estamos enamorando de nosotros mismos. El Facebook fue en un principio un instrumento para mantenernos en contacto con amigos y familiares, pero cada vez se convierte más en una avariciosa acumulación de contactos. En un mundo de creciente desigualdad, como el que describe Thomas Piketty, qué mayor desigualdad puede existir que conocer a alguien que tiene 27,578 amigos cuando uno sólo reúne siete de los cuales nunca ha podido arrancar ni un modesto like.
No sé si usted está leyendo este artículo en papel, en la página de internet del periódico o en un link de una red social. Pero en caso de que el medio fuera el idóneo, y tuviera usted la inclinación, mucho le agradecería me regalara un like o un retweet, por lo menos para no sentirme tan aislado mientras checo mi WhatsApp en el restaurante en el que estoy desayunando rodeado de gente y hundido en mi soledad.
·INTERNET PARA REMOTOS
Spacenet Comunicaciones proveerá internet satelital a 4,800 puntos de México. Se trata de lugares remotos y de escaso poder adquisitivo. Si realmente la gente de estas localidades empieza a usar la red, habrá una verdadera revolución de conocimiento y de expectativas.
@SergioSarmiento
Anónimo
Cada vez vivimos más en un mundo de selfies. Esto significa, me imagino, que cada vez estamos más aislados. Vemos familias completas en restaurantes en que todos y cada uno de los miembros están inmersos en sus celulares. Cualquier idea parece más interesante si emana de una pantalla iluminada. Si realmente hoy queremos hablar de algún problema serio con nuestros hijos, quizá tengamos que hacerlo por WhatsApp aunque estemos sentados en la misma mesa.
La tecnología es pretexto y destino. Nunca nadie pensó en hacerse una selfie con una cámara réflex. Era difícil, si no imposible, no sólo por el visor óptico sino también por el peso y las dimensiones. Mientras las cámaras utilizaron rollos, por otra parte, nadie pensaba en desperdiciar fotos con tomas desde ángulos en que no se podía usar el visor y que tenían, por lo tanto, altas posibilidades de salir fuera de foco o de cuadro. Tuvieron que venir los celulares equipados con cámaras digitales para que a alguien se le ocurriera que es mejor fotografiarse a uno mismo que a los demás.
No pasó mucho tiempo antes de que Apple equipara sus iPods y iPhones con cámaras dobles. Las de la parte posterior a la pantalla tenían el propósito de servir como cámaras normales para tomar fotos a los demás. Las frontales, de más baja resolución, servían para chatear en programas como FaceTime. Pero pronto estas dobles cámaras se redescubrieron para las selfies. Si bien las primeras selfies eran simplemente bromas, en que la dificultad para tener una imagen bien encuadrada y en foco era parte del encanto, la cámara frontal generó una revolución al permitir al fotógrafo ver la imagen que estaba tomando y cuidar así el cuadro, el foco y su propia apariencia.
Hoy las selfies se han hecho virales (traducción para los viejos: muy populares). La conductora de la entrega de los Óscares, Ellen DeGeneres, logró 2.7 millones de retweets en 12 horas con una selfie tomada en plena ceremonia con un grupo de actores que incluían a Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Julia Roberts, Brad Pitt, Meryl Streep y Kevin Spacey. Desde entonces las selfies han proliferado. Bueno, hasta las delegadas Leticia Quezada de Magdalena Contreras y Maricela Contreras de Tlalpan, no sólo perredistas sino bejaranistas, presumieron en redes una selfie con el presidente Enrique Peña Nieto, que por cierto les generó muchas críticas entre sus correligionarios.
Las selfies son hoy un instrumento que se usa para muchas cosas. Más de una chica ha encontrado que una forma infalible de llamar la atención a un muchacho atractivo es mandarle una selfie atrevida, y de eso a la nude selfie no ha habido más que un paso.
Nuestra pasión por la selfie revela mucho de narcisismo. Hay quien ya no se interesa por ver las fotos de los demás. Sólo ellos mismos merecen su propia atención.
No es ésta la única tendencia de la tecnología que nos revela que nos estamos enamorando de nosotros mismos. El Facebook fue en un principio un instrumento para mantenernos en contacto con amigos y familiares, pero cada vez se convierte más en una avariciosa acumulación de contactos. En un mundo de creciente desigualdad, como el que describe Thomas Piketty, qué mayor desigualdad puede existir que conocer a alguien que tiene 27,578 amigos cuando uno sólo reúne siete de los cuales nunca ha podido arrancar ni un modesto like.
No sé si usted está leyendo este artículo en papel, en la página de internet del periódico o en un link de una red social. Pero en caso de que el medio fuera el idóneo, y tuviera usted la inclinación, mucho le agradecería me regalara un like o un retweet, por lo menos para no sentirme tan aislado mientras checo mi WhatsApp en el restaurante en el que estoy desayunando rodeado de gente y hundido en mi soledad.
·INTERNET PARA REMOTOS
Spacenet Comunicaciones proveerá internet satelital a 4,800 puntos de México. Se trata de lugares remotos y de escaso poder adquisitivo. Si realmente la gente de estas localidades empieza a usar la red, habrá una verdadera revolución de conocimiento y de expectativas.
@SergioSarmiento
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